Ayudar a los niños a vencer sus miedos comienza contigo. ¡Pruebe estas técnicas efectivas para ayudar a sus hijos a ser valientes!
El miedo es una emoción normal tanto para niños como para adultos. Ocurre cuando una persona prevé una amenaza potencial, e incluso si el peligro no está presente, pensar en este objeto o idea puede causar ansiedad y estrés. Si su pequeño experimenta miedos infantiles, existen formas de ayudarlo a superar la angustia que rodea estos conceptos.
Empiece por comprender cómo el miedo puede afectar a un niño y luego pruebe algunas de estas estrategias sencillas para ayudarlos a lidiar con sus miedos e incluso potencialmente superarlos.
Miedos comunes de la infancia
El miedo puede ser tanto aprendido como innato. Por ejemplo, el miedo de un niño a la oscuridad se debe a su incapacidad para ver lo que le rodea. Esto los hace sentir vulnerables, que es una emoción que la mayoría de los niños pequeños no saben cómo expresar. Este es un miedo innato que surge del deseo de mantenerse a salvo y en control.
Por el contrario, si su hijo tuvo una mala experiencia en el consultorio del médico o tuvo que someterse a múltiples cirugías cuando era pequeño, es posible que asocie al médico con el dolor. Como no comprenden que estos incidentes fueron aislados, este miedo aprendido se aplica a todos los médicos y a los lugares donde trabajan.
Si bien algunos miedos y ansiedades infantiles son más comunes a ciertas edades (los niños pequeños, por ejemplo, suelen tener miedo a los ruidos fuertes; los niños en edad preescolar pueden tener miedo a la oscuridad; los niños en edad escolar pueden tender a tener miedo a las serpientes y arañas) cada niño es diferente y pueden surgir varios miedos en diferentes momentos.
Sin embargo, en general, algunos de los miedos infantiles típicos a los que hay que prestar atención en los niños pequeños incluyen:
- Arañas / Bichos
- Animales grandes
- Oscuridad
- Lo desconocido
- Estar solo
- Tormentas
- Alturas
- Cayendo
- Doctores
- Ruidos fuertes
- Agua
- Extraños
- Estructuras de juego móviles (columpios, casas inflables, etc.)
- Monstruos
- Dolor
- Cambiar
- Pérdida
Si bien la mayoría de los padres quieren que sus hijos sean valientes, el miedo no siempre es algo malo. Puede protegernos de un peligro real. Quiere que su hijo tenga una comprensión sana de cuándo el miedo es una advertencia y cuándo es injustificado. Por ejemplo, usted no quiere que su hijo tenga miedo de cruzar un puente, pero s altar desde acantilados tampoco es algo que la mayoría de los padres quieran que sus hijos hagan.
¿Cómo afectan los miedos al desarrollo de un niño?
Todo el mundo experimenta miedo. Es una parte normal de la vida. Los miedos típicos de la infancia, tanto reales como imaginarios, son algo que acompaña al desarrollo del niño. Por ejemplo, cuando el sistema sensorial de un niño no ha madurado completamente, los ruidos fuertes y los movimientos bruscos pueden desencadenarlo. Estos son miedos que superarán con la edad.
Por el contrario, los investigadores de Harvard han descubierto que "la exposición a circunstancias que producen miedo persistente y ansiedad crónica puede tener consecuencias para toda la vida al alterar la arquitectura en desarrollo del cerebro". Estos incluyen la capacidad de un niño para socializar, aprender e interactuar en el mundo. Pueden tener efectos perjudiciales tanto para su salud física como mental. La mayoría de estos son casos extremos que están asociados con la exposición a la violencia o el abuso, un puñado de eventos traumáticos como la muerte de un familiar cercano o un ataque de animal, o sufrir una enfermedad grave.
Para aquellos niños que experimentan un trauma en la primera infancia, hay buenas noticias. Pueden desaprender estos miedos. Sin embargo, la investigación señala que esto sólo puede ocurrir en años posteriores, cuando estructuras específicas del cerebro hayan madurado.
Alternativamente, para los niños que experimentan miedos comunes de la infancia, existen formas efectivas de ayudarlos a afrontarlos de manera más inmediata e incluso superar estos temores. El enfoque más saludable es que los padres aborden estos miedos de frente.
Ocho métodos exitosos para ayudar a los niños a superar sus miedos
El miedo es algo poderoso, pero no tienes que dejar que se apodere de tu hijo. Pruebe estas sencillas técnicas para ayudarles a vencer sus miedos y recuperar el control.
1. Reconozca el miedo del niño y bríndele consuelo
Cuando alguien está molesto, lo más importante que puede hacer es reconocer los sentimientos de esa persona y relacionarse con su experiencia. Nunca debes menospreciar ni burlarte de un niño por hablar abiertamente sobre sus preocupaciones. Saber que alguien más está ahí para ayudarlo en un momento de necesidad y que tiene preocupaciones similares puede brindar un gran alivio a un niño temeroso.
Sin embargo, tampoco debes insistir en el miedo. Esto puede empeorarlo. En lugar de ello, hable de ello de manera constructiva. La superación de los miedos en los niños puede comenzar con el reconocimiento y la validación de sus sentimientos.
2. Hable sobre sus miedos y los suyos
¿Qué te asusta? Piense en eso por un minuto. Una vez que se te ocurre una respuesta, ¿cómo calmas esos miedos cuando surgen? Al responder estas preguntas, podrá ayudar a su hijo de manera más eficaz. Hable abiertamente con ellos sobre las cosas que le preocupan o le hacen sentir estresado y cómo puede hacer que esos sentimientos desaparezcan. Si eres vulnerable, es más probable que ellos hagan lo mismo.
Además, tómate el tiempo para reconocer que no siempre tenemos control de nuestro entorno, pero podemos controlar nuestras acciones y respuestas. ¡Entonces usa tu imaginación!
Curiosamente, un estudio sobre el miedo y la imaginación demostró que al hablar de escenarios potenciales, puedes disminuir tus miedos. Más específicamente, al imaginar eventos futuros y sus posibles resultados, se sentirá mejor preparado cuando realmente ocurran. Eso significa sentarse con sus hijos y hacerles preguntas reales y retóricas para ayudar a facilitar el cambio. Imaginemos que los perros son el miedo de su hijo.
- ¿Cómo te sientes cuando ves un perro?
- ¿Por qué crees que te sientes así?
- ¿Un perro era malo contigo cuando mamá no estaba cerca?
- ¿Qué crees que haría un perro si se acercara a ti?
- ¿Sabes qué hacer cuando un perro te gruñe?
- ¿Sabes cómo hacer que un perro se vaya?
Mientras responden, bríndeles consejos prácticos mientras validas sus emociones.
3. Implementar Terapia Cognitivo-Conductual
Este término técnico suena caro, pero en realidad es algo que puedes hacer en casa. La terapia cognitivo-conductual es como una microdosis. En un ambiente controlado, expones a tu hijo a su miedo durante cortos períodos de tiempo. Esto ayuda a reducir su ansiedad y les ayuda a sentirse más seguros cuando surge el desencadenante.
Por ejemplo, si su hijo le tiene miedo a los perros, llame a un adiestrador de perros local para localizar un perro de terapia con el que su hijo pueda interactuar regularmente. Informe a su hijo sobre esta reunión y hable sobre cómo le ayudará a vencer su miedo. Empiece poco a poco y hágalo en un entorno familiar.
Para su primera reunión, simplemente tenga al perro en la habitación con ellos y déles el control de la situación. Si nunca se acercan ni acarician al perro en las primeras reuniones, está bien. El objetivo es hacerles ver que no todos los perros son peligrosos. Con el tiempo, trate de que su hijo se acerque al perro, se siente con él y luego lo acaricie.
4. Enseñe a los niños habilidades para combatir su miedo
Continuando con el ejemplo del perro, si su hijo no sabe cómo acercarse o interactuar adecuadamente con un perro, es posible que sus miedos se conviertan en realidad. Tómese el tiempo para educar a su hijo sobre la etiqueta adecuada hacia los animales. Lo mismo ocurre con el miedo al agua. Si inviertes en clases de natación, les devuelves el control que anhelan. Esto le quita el poder detrás del miedo, haciéndolo sin sentido.
5. Proporcione a los niños una advertencia
Si sabe que cosas específicas, como ruidos fuertes o vistas elevadas, asustan a su hijo, ¡aviséle si sabe que vendrá! Esto se remonta a la técnica del escenario potencial. Al saber que algo se avecina, su hijo puede prepararse mentalmente para el momento, lo que le permite controlar mejor su ansiedad.
6. Sea honesto con su hijo
El mundo es un lugar aterrador y los padres no siempre pueden controlar todo lo que sucede alrededor de sus hijos. A medida que su hijo llegue a la edad primaria, se volverá mucho más perceptivo a las situaciones que lo rodean. Tómese el tiempo para tener conversaciones abiertas y honestas. Hable sobre cosas como la muerte y las enfermedades graves. Habla de violencia.
Si bien desea proteger a su hijo de estos terribles temas, son importantes y estas discusiones pueden ayudar a preparar a su hijo para el futuro. Esto también puede servir como una gran oportunidad para enfatizar los beneficios de cuidarse y cómo estar seguro en diferentes situaciones.
7. Dales herramientas para enfrentar sus miedos
A veces, determinar exactamente cuál es el miedo y brindarle a su hijo una herramienta puede ayudar. Por ejemplo:
- ¿Su hijo tiene miedo a la oscuridad? Consígales una luz de noche.
- ¿Están nerviosos durante las tormentas? Prepare un kit de emergencia para situaciones climáticas severas y determine dónde está ubicada su habitación segura.
- ¿Tu hijo tiene miedo de visitar al médico? Llévelos a sus citas. Permítales observar cómo lo examinan y cómo recibe sus vacunas anuales. Si bien no puedes eliminar el dolor de todas las visitas, puedes predicar con el ejemplo. Explique por qué estas visitas son importantes y cómo la alternativa de enfermarse es peor.
- Si el problema son los insectos, rocíe su casa para ayudar a limitar su presencia. Además, investiga las criaturas de tu zona. Si su hijo sabe que los insectos no son venenosos, entonces se elimina parte de la preocupación.
- Si tienen pesadillas o tienen miedo de los monstruos, pídales que dibujen sus demonios. Esto puede ayudarte a ver lo que están imaginando y determinar la verdadera fuente de su miedo.
8. Utilice refuerzo positivo para ayudar a reducir el miedo
Aunque no superen completamente sus miedos, si dan el valiente paso de enfrentarlos, ¡merece reconocimiento! De hecho, las investigaciones muestran que al utilizar este enfoque, se pueden reducir los niveles de miedo de un niño e incluso revertirlos. No descartes el poder de los elogios. Tómate el tiempo para reconocer los pequeños pasos hacia la valentía.
No todos los miedos de la infancia desaparecerán
Desafortunadamente, los miedos que giran en torno al cambio, la muerte, el dolor o el daño corporal y lo desconocido nunca desaparecerán del todo. Estos se consideran miedos primarios. Existen en nuestra psique y son una reacción biológica que todos experimentamos. Esto los hace un poco más difíciles de manejar, pero al utilizar las técnicas anteriores, puedes ayudar a disminuir su impacto. Además, recuerde que se necesita tiempo para superar estas emociones naturales. Ser paciente. Cuando su bebé tenga miedo, esté ahí para ayudarlo. Ya sea que el desencadenante le parezca aterrador o no, para ellos es muy real y usted debe tratarlo como tal.