Si ve algunos de estos signos en su adolescente, podrían ser señales de alerta de que algo anda mal.
Todo el mundo puede tener problemas con su salud mental de vez en cuando, incluso los niños y los adolescentes. Todos tenemos pensamientos y sentimientos que pueden tener un impacto negativo a medida que navegamos por la vida. Los desafíos diarios y las luchas ocultas pueden acumularse y afectar nuestra salud mental.
Como padre, eres ferozmente protector con tu hijo. Quiere mantenerlos seguros y saludables en todos los aspectos de sus vidas. Los problemas de salud mental pueden ser difíciles de detectar porque no parecen cortes ni raspaduras. Sin embargo, hay algunas señales a las que puede prestar atención. Explore la guía a continuación para conocer algunos cambios de comportamiento que podrían revelar que su adolescente podría beneficiarse de la terapia y el apoyo adicional.
Señales de que su adolescente podría beneficiarse de la terapia
A menudo se dice que si alguna vez tuviste una infancia o experimentaste una cultura, la terapia podría ser una buena idea para ti. Vuelve atrás y vuelve a leer esa frase una vez más. Especialmente si la idea de que su hijo adolescente necesite hablar con un profesional de salud mental parece un poco extraña. Esta frase sugiere que todos pueden beneficiarse de la terapia, incluido su hijo adolescente.
La gente va a terapia por diversas razones. Es posible que se sientan deprimidos, estresados, abrumados o una combinación de todo lo anterior. Para algunas personas, buscar apoyo adicional puede parecer una gran decisión en la vida. Para otros, podría parecer una transición natural. Los mismos sentimientos pueden aplicarse a los adolescentes.
Pero, ¿cómo puedes saber si tu hijo adolescente es solo un adolescente o si la terapia podría ser lo que necesita? Puede resultar complicado evaluar la situación, pero no imposible. Mire las señales de advertencia a continuación para ayudarlo a descifrar si su hijo adolescente podría beneficiarse al hablar con alguien o si simplemente está experimentando los dolores de crecimiento de la vida.
Cambios en sus hábitos alimentarios
Varias afecciones de salud mental, como la depresión y la ansiedad, se han relacionado con cambios en el apetito.
Por ejemplo, es posible que vea a su hijo adolescente:
- Comer más de lo normal
- Comer menos de lo que estás acostumbrado a ver
- Prefieren hacer su propia comida o comer a una hora diferente a la de los demás
- Decir que están a "dieta" (a menudo, las personas con un trastorno alimentario dirán que han adoptado una dieta vegana o vegetariana para evitar comer ciertos alimentos).
- Comer bocadillos con más frecuencia
- S altarse comidas
Además, estos cambios en el comportamiento alimentario también pueden acompañar a cambios en el cuerpo de su adolescente. Esto podría parecer que su hijo aumenta o pierde peso rápida y notablemente.
Es importante tener en cuenta que cierto aumento y pérdida de peso es totalmente normal en los adolescentes en desarrollo, especialmente porque están atravesando etapas de crecimiento y desarrollo hormonal. Los cambios en el peso corporal que pueden estar relacionados con problemas de salud mental suelen ser significativos y pueden parecer desarrollarse rápidamente.
Diferentes patrones de sueño
Muchas condiciones de salud mental también pueden afectar el sueño de su adolescente. Esto puede manifestarse en su hijo a través de:
- Dificultad para relajarse o guardar las pantallas por la noche
- Experimentar dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido
- Sentirse agotado o fatigado al despertar
- Dormir demasiado o muy poco
- Luchando por levantarme de la cama por la mañana
No todo el mundo duerme lo suficiente cada noche y se despierta sintiéndose renovado. Si su hijo adolescente dice que no duerme bien de vez en cuando, es posible que no sea una señal de que necesite apoyo adicional. Sin embargo, si nota patrones repetidos de este comportamiento, podría ser una señal para hablar con su hijo y descubrir la causa del cambio de comportamiento.
Aislarse de amigos y familiares
El aislamiento social también puede ser una señal de advertencia de que su adolescente está experimentando un problema de salud mental. Por ejemplo, su hijo podría:
- Cortar viejos amigos y relaciones
- Rechazar invitaciones para salir con otras personas después de la escuela
- Comparte menos sobre su vida personal contigo y tu familia que antes
- Empiecen a pasar la mayor parte del tiempo en su habitación
- Deja de invitar amigos a la casa
Es importante señalar que el aislamiento social no es lo mismo que querer privacidad. Si su hijo adolescente no quiere responder algunas de sus preguntas sobre su vida social o le gusta pasar un rato en su habitación cuando llega a casa de la escuela, está totalmente bien. Cuando empiezas a sentir que se están alejando de ti y de otras personas que se preocupan por ellos, entonces podría ser una señal de que algo está pasando.
Fallos en su Higiene Personal
A veces, cuando una persona experimenta efectos negativos en su salud mental, las tareas cotidianas pueden parecer difíciles. Por ejemplo, a su hijo adolescente podría resultarle difícil ducharse, lavarse el cabello, cepillarse los dientes o cambiarse de ropa. Su cama puede estar sin hacer durante un período prolongado, y la basura y la ropa sucia pueden acumularse en su habitación porque simplemente no tienen la energía para ordenar.
¿Cómo puedes saber si la habitación de tu hijo adolescente está desordenada porque no hace las tareas del hogar o si tiene problemas con su salud mental? Una forma es hacer observaciones y hacerse preguntas. Algunas preguntas sobre las que puedes reflexionar son:
- ¿Han usado exactamente el mismo conjunto más de una vez esta semana? ¿Es eso habitual para ellos?
- ¿Su comportamiento de higiene personal se desvía notablemente de lo normal? ¿Huelen o no parecen limpios?
- ¿Cómo suele ser su habitación? ¿Qué tan lejos de desordenado en el nivel básico está lo que estás viendo actualmente?
- ¿Qué tareas domésticas suelen realizar bien? ¿Los han completado?
Si sus respuestas a cualquiera de las preguntas anteriores res altan que su hijo adolescente está mostrando cambios de comportamiento significativos, pueden ser señales de advertencia de que su hijo está experimentando problemas de salud mental.
Pérdida de interés en las actividades
Otro signo a tener en cuenta es si su hijo adolescente pierde interés en actividades que antes disfrutaba. Esto puede desempeñar un papel en el aislamiento social, pero es un factor distinto en sí mismo.
Esto puede verse así:
- Ya nada les suena divertido o interesante
- Continúan probando sus viejos pasatiempos pero dicen que ya no son divertidos
- Ya no participan en las salidas creativas que solían hacerlo
- Quieren abandonar un equipo deportivo al que se han unido o f altar a la práctica con frecuencia
- Quieren deshacerse o regalar los materiales que utilizaban para sus hobbies
Cambios significativos en su estado de ánimo
Aunque los criterios de diagnóstico son únicos para cada problema de salud mental, muchas condiciones requieren que una persona experimente cambios significativos durante un período de al menos dos semanas. Puede utilizar esto como punto de referencia para guiarlo a través de cualquier cambio notable en el estado de ánimo de su hijo.
Algunos cambios de humor que podrías notar en tu adolescente incluyen:
- Experimentan intensos sentimientos de preocupación
- Tienen dificultad para concentrarse
- Parecen tristes o deprimidos durante un período prolongado de tiempo
- Parece que están nerviosos
- Parecen más estresados que antes
- Están irritables
Todos podemos estar irritables, preocupados y estresados de vez en cuando. Sin embargo, si los cambios de comportamiento que observa en su adolescente persisten durante dos semanas o más, podría ser el momento de intervenir.
Dolores y dolores corporales inexplicables
Además de los cambios de humor, su adolescente también puede experimentar algunos síntomas físicos que pueden ocurrir como resultado de problemas de salud mental. Por ejemplo, pueden ocurrir dolores de cabeza, dolores de estómago, dolores corporales y otros dolores inexplicables en el cuerpo.
Si su hijo adolescente comienza a tener dolores y molestias con frecuencia, podría ser una señal para que consulte con él. Especialmente si no suelen experimentar este tipo de síntomas físicos y si no hay una explicación clara de por qué suceden.
Notas uso de alcohol o sustancias
Muchas personas recurren a la automedicación como forma de afrontar la situación. Esto puede parecerse al uso de alcohol o drogas para ayudar a las personas a disociarse y desconectarse de sus sentimientos. Puede permitir que las personas adormezcan su dolor evitándolo.
Si nota que su hijo adolescente consume alcohol u otras sustancias, puede ser una buena idea intervenir. Su hijo puede participar en esta actividad solo o desarrollar un nuevo grupo de "amigos" que le permita acceder a estas sustancias.
Han pasado por un cambio de vida significativo
La vida tiene una manera de lanzarnos bolas curvas a todos. Hay altibajos, giros y vueltas, todo lo cual puede afectar la salud mental de una persona. Si su hijo adolescente, o su familia en general, se ha visto afectado por un cambio repentino, inesperado o significativo en su vida, puede contribuir a un problema de salud mental.
Algunos ejemplos de cambios significativos en la vida incluyen:
- Divorcio en la familia
- Pérdida de un ser querido
- Mudarse a una nueva escuela o a un nuevo hogar
- Enfermedad o lesión grave para ellos mismos o para un ser querido
- Ser testigo o experimentar algo traumático, como un accidente automovilístico, agresión sexual, abuso, etc.
Consejos para ayudar a los padres a hablar con sus hijos sobre la salud mental
No existe una forma correcta o incorrecta de hablar con su hijo sobre la salud mental. Mientras aborde la conversación con cuidado y preocupación, estará haciendo todo lo que pueda. No existe una guía perfecta a la que recurrir, así que no te presiones.
Respira hondo. De hecho, llévate varios si los necesitas. Luego, planifique un día durante la semana para conversar con su hijo. Trate de elegir un momento en el que ni usted ni su hijo adolescente tengan una actividad a la que realizar después. De esta manera, la conversación no será apresurada y ambos podrán tener suficiente tiempo para relajarse después.
No tengas miedo de iniciar la conversación
Puede resultar aterrador sentarse con su hijo adolescente y tener una conversación seria sobre su salud mental. Sin embargo, es posible que su hijo adolescente nunca le diga cuando tiene dificultades. Es posible que estén reprimiendo o ignorando sus propias emociones. Es posible que no quieran que usted se preocupe por ellos o que simplemente no se sientan cómodos compartiendo esa información. Por eso depende de ti poner las cosas en marcha.
Si tiene preguntas e inquietudes, no tema abordarlas. A menudo, cuando las personas tienen dificultades, esperan que otros se den cuenta y les ofrezcan apoyo. Si su hijo adolescente muestra alguna de las señales de advertencia de que su salud mental podría estar sufriendo, es una conversación demasiado importante como para ignorarla. Puede que no sea fácil, pero le ayudará a proteger el bienestar de su hijo.
El tono lo es todo
Cuando comienzas la conversación con tu hijo, es posible que se sienta juzgado, cohibido o irritado porque estás abordando sus cambios de comportamiento. Es posible que se pongan a la defensiva, arremetan o digan que no quieren hablar de ello. No te lo tomes como algo personal. No es sobre ti. Simplemente están tratando de protegerse evitando lo que realmente está pasando.
Una forma de superar esto es ser amable. Utilice declaraciones en primera persona para que su hijo no sienta que está siendo un objetivo. Algunas frases que puedes utilizar son:
- He notado que has estado comiendo menos en las últimas semanas y quería asegurarme de que estás bien.
- Siento que ha habido tensión entre nosotros recientemente cuando te pregunté cómo te sientes. Me preguntaba de dónde podría venir eso y qué puedo hacer.
- Siento que algo ha estado mal recientemente. ¿Está todo bien?
- Quiero que sepas que me preocupo inmensamente y por eso quería tener una conversación.
Puede parecer una obviedad, pero asegúrele a su hijo que no está en problemas. Es posible que le preocupen algunos de sus cambios de comportamiento y puede abordarlos en el futuro, pero si la causa fundamental de esas acciones está relacionada con su salud mental, ahí es donde debe permanecer el enfoque, al menos por el momento.
Romper el estigma
Existe mucho estigma en torno a la salud mental que puede impedir que las personas aborden sus problemas, compartan sus sentimientos con los demás y busquen ayuda. Estas representaciones negativas de la salud mental y las enfermedades mentales pueden hacer que las personas se sientan débiles por experimentar dificultades, o que simplemente "lo superarán" con el tiempo. Estas creencias son perjudiciales para el bienestar de todos nosotros.
Sin embargo, puedes ayudar a romper el estigma en tu propio hogar.
- Comparta sus propios sentimientos con su hijo adolescente.
- Habla sobre un momento en el que te sentiste deprimido o deprimido.
- Si alguna vez has ido a terapia, también puedes compartirlo con ellos.
- Tenga en cuenta a otros seres queridos que hayan experimentado dificultades o que hayan buscado ayuda y ofrézcase a conectar a su adolescente con ellos si alguna vez quieren hablar.
- Asegure a su hijo que esto no es un signo de debilidad, sino parte de la experiencia humana natural.
Pregunta cómo puedes apoyarlos
Después de haberle dado a su hijo algo de tiempo para hablar y compartir sus sentimientos (si decide hacerlo), pregúntele qué necesita de usted y cuál es la mejor manera de apoyarlo.
Es posible que no tengan ninguna idea en absoluto, o simplemente digan que quieren algo de espacio o tiempo para resolverlo por su cuenta. Reconoce sus sugerencias y ofrece algunas propias:
- Menciona el tema de la terapia.
- Ofrezca ayudar a su hijo a encontrar un profesional de salud mental con el que pueda hablar.
- Si tiene un proveedor de seguros, deje su tarjeta o información con su hijo adolescente y anímelo a buscar opciones de terapia en su red.
- Recuérdales que lo que hablen en terapia se mantendrá confidencial, incluso para ti.
Puede resultar molesto que su hijo adolescente no quiera tener estas conversaciones con usted. Sin embargo, recuerda que lo realmente importante es que hablen de sus sentimientos con alguien, en lugar de reprimirlos.
Continuar registrándose
Esté preparado para que incluso después de haber intentado tener una conversación abierta y honesta con su hijo, es posible que aún le responda "Estoy bien"." Si esto sucede, no se desanime. Esta no es la única oportunidad que tendrá para hablar con su hijo adolescente sobre su salud mental. Idealmente, será solo una de las muchas conversaciones que tendrá sobre el tema.
Respeta su espacio en este momento y continúa comunicándote con ellos. Puedes intentar tener conversaciones similares con ellos una vez a la semana, o incluso más a menudo si te parece adecuado.
A veces, esto puede parecer un juego de espera largo y difícil. Usted solo quiere que su hijo se sienta mejor, pero es posible que necesite un tipo particular de apoyo que usted no necesariamente puede brindarle. Sea amable con usted mismo y con su hijo adolescente. Continúe la conversación sobre terapia y salud mental. Cada conversación que tienes acerca a tu hijo un paso más a la curación, y eso es un gran logro.