He aquí por qué debe esperar al menos uno o dos años.
Todo el mundo sabe que la mejor manera de dejarse llevar por el país de los sueños es acurrucarse en una manta cálida y acogedora mientras descansa la cabeza sobre una almohada mullida. Para los padres de bebés que parecen no querer quedarse dormidos nunca, estas pueden parecer soluciones lógicas. Desafortunadamente, los expertos no recomiendan esta ropa de cama básica para bebés. Entonces, ¿a qué edad puede dormir un bebé con una manta? ¿Y cuándo es seguro que un bebé duerma con una almohada? Estos son los riesgos que rodean a estos adorables accesorios y los plazos seguros para la transición a ropa de cama para niños grandes.
¿Cuándo pueden los bebés dormir con una manta?
Una vez que cumplen un año, los bebés pueden dormir con una manta de forma segura. Sin embargo, es importante recordar que el tamaño importa. Una manta de cuna promedio mide 40 pulgadas por 60 pulgadas. Cualquier cosa más grande que esto puede representar un peligro de asfixia, especialmente para los niños más pequeños.
Además, continúa con lo básico con el diseño de la manta. Los botones, las cuentas y las borlas pueden representar un riesgo de asfixia. Evite también las costuras sueltas. Al igual que su ropa, esta debe ser una manta liviana hecha con tela de algodón, muselina o poliéster.
También es importante tener en cuenta que no existen artículos pesados que sean seguros para los bebés. El hecho de que haya un producto en el mercado para que usted lo compre no significa que haya sido sometido a pruebas de seguridad. La AAP no recomienda mantas con peso ni sacos de dormir y enfatiza que no son seguros para los bebés.
¿Cuándo pueden los bebés dormir con una almohada?
Por el contrario, los padres deben esperar para introducir almohadas hasta que su niño tenga más de dos años. ¿Por qué? En primer lugar, una almohada puede suponer un riesgo de asfixia, especialmente si queda atrapada en los listones de la cuna. En segundo lugar, una almohada perfectamente mullida es una herramienta fantástica para ayudar a su niño a salir de la cuna. Los niños son pequeñas criaturas astutas y las caídas pueden tener repercusiones peligrosas.
Al igual que con la manta, debes comprar una almohada que sea apropiada para la pequeña estatura de tu niño. La almohada promedio para niños pequeños mide 13 por 18 pulgadas. Busca uno de consistencia firme y evita opciones que brinden fácil acceso al relleno. Si bien puede parecer tentador ajustar la cantidad de relleno que hay en este accesorio de ropa de cama, su niño pequeño podría encontrar la manera de entrar, lo que le provocará un gran dolor de cabeza más adelante.
Las almohadas con una funda impermeable que se puedan lavar a máquina pueden ser una buena inversión. Además, preste atención al relleno de la almohada: muchas almohadas para niños pequeños contienen látex triturado o plumas, los cuales pueden causar reacciones alérgicas. Elegir materiales hipoalergénicos puede prevenir este tipo de problemas.
¿Puede un bebé dormir sobre una almohada si está supervisado?
Si bien esto puede parecer una opción segura, la vida está llena de distracciones y un bebé solo tarda unos minutos en asfixiarse. El Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano informa que "entre los bebés, la asfixia accidental es responsable de tres cuartas partes de todas las muertes por lesiones no intencionales" y el 85% de los incidentes de asfixia accidental y estrangulación en la cama ocurren en niños de seis meses o menos. Por lo tanto, esté siempre seguro y acueste a su bebé sobre una superficie firme y plana, libre de otros objetos.
Crear un ambiente seguro para dormir
Según la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP), la simplicidad es la mejor política para la ropa de cama de su bebé. Las almohadas, mantas, cojines, protectores y otros artículos blandos pueden parecer seguros, pero pueden provocar asfixia accidental y sobrecalentamiento, lo que está relacionado con el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).
La única excepción es una manta envolvente, pero una vez que su hijo aprenda a darse la vuelta boca abajo, esta cubierta también debe retirarse del espacio. Para crear un ambiente de sueño seguro, la única pieza de ropa de cama que debe haber en la cuna de su bebé es una sábana ajustable. Esto se aplica tanto a la hora de la siesta como a la hora de acostarse. Garantiza que su bebé, que probablemente se mueve mucho mientras duerme, permanezca seguro durante toda la noche.
Para los padres que están preocupados de que su bebé pase frío por la noche, todo lo que necesitan es un mono ligero y ajustado. A diferencia de los adultos, los bebés no pueden regular eficazmente su temperatura corporal, por lo que los expertos recomiendan temperaturas ambiente más frescas y el uso de ventiladores en el área donde duermen por la noche. Los sacos de dormir son otra excelente alternativa que puede mantener a su bebé acurrucado y al mismo tiempo permitirle el movimiento adecuado de los brazos durante toda la noche.
Transición a la ropa de cama tradicional
Al presentarle una almohada y una manta a su niño pequeño, lo lento y lo constante ganan la carrera. Empieza por dejar que se acurruque con una manta mientras miras una película o lees un libro. Si entienden el concepto del artículo, será más fácil realizar la transición a un espacio diferente.
Para la almohada, colóquela en la cabecera de su cama y acuéstelo sobre ella todos los días. Algunos niños pequeños se adaptarán inmediatamente a este accesorio de dormitorio y a otros les llevará algún tiempo. Esta bien. Déjeles decidir cuándo están listos para usarlo. Hasta entonces, continúe colocando la almohada en la cabecera de la cama cada mañana. Con el tiempo, resistirán la tentación de moverlo.
El sueño seguro comienza contigo
Si bien dormir con una almohada y una manta es algo natural para ti, habrá una curva de aprendizaje con tu bebé. Cuando usen estos accesorios para dormir, adquiera el hábito de controlarlos durante la noche para asegurarse de que no obstruyan accidentalmente su rostro.
Recuerda también que menos siempre es más. Cuando introduzcas la manta, espera a agregar los peluches. Necesitan acostumbrarse a un elemento a la vez. Por último, cuando entre en juego la almohada, si no se han pasado a su cama de niño grande, asegúrate de que la cuna esté en la posición más baja para evitar que se produzcan grandes fugas.